A escala mundial, el transporte y especialmente las retenciones, representan un alto porcentaje de las emisiones contaminantes emitidas a la atmósfera. Los atascos implican varias formas de contaminación atmosférica y sonora. La contaminación que afecta a la salud humana y que está directamente relacionada con la presencia de contaminantes fotoquímicos relacionados con la producción de contaminantes a partir de la presencia en la atmósfera de contaminantes emitidos por los vehículos. Los principales contaminantes son el ozono y el peróxidoacetilnitrato (PAN). Ambos se forman a lo largo de unas horas, pudiendo concentrarse lejos de las fuentes de contaminación con un impacto a escala regional (algunos centenares de km).
CONSUMO DE RECURSOS
Las retenciones traen implícito un mayor consumo de bienes materiales e inmateriales. El primer consumo de estos bienes, está relacionado con el tiempo de desplazamiento, ya que el tiempo es un recurso, hoy en día, escaso para todos. Disminuir el consumo de tiempo en los desplazamientos al mínimo posible, siempre es el objetivo final para quienes se desplazan.
El segundo consumo es el del espacio. Las retenciones demanda una reorganización de las infraestructuras, como calles, autopistas y carreteras cuyo coste ante la producción de atascos es pagado por toda la sociedad.
El tercer consumo es el de la energía. Cuando se produce una retención, el consumo de energía se dispare exponencialmente.
